Empezamos con el Castillo de Dublín, no era nuestra idea entrar así que lo recorrimos por fuera. Fue la sede del Gobierno británico en Irlanda hasta 1922 cuando se formó el Estado Libre Irlandés al separarse del Reino Unido. Gran parte del edificio data del Siglo XVIII, aunque desde los días del rey Juan, el primer Señor de Irlanda, hubo un castillo en pie en el lugar. A lo que sí se puede entrar gratis es a los jardines o Dubh Linn Garden, hay unas puertitas muy chiquitas bajo el puente por donde se puede entrar. Como dijimos al principio bajo este jardín está ubicada la laguna que alguna vez vio llegar a las naves vikingas. El castillo está pintado en algunas de sus secciones con distintos colores para identificar las remodelaciones o anexos que se fueron agregando con el tiempo.
Desde allí decidimos pasar por la fábrica de Guinnes solo para observar, creo que la experiencia debe estar buena pero optamos por gastar el dinero en otro lado.Si alguien fue puede compartir su experiencia en comentarios👇🏾.





Es así como fuimos a Dublinia, un museo histórico de recreación y atracciones que se centra en la historia vikinga y medieval de la ciudad. Dublinia se encuentra en una parte de la Catedral de la Iglesia de Cristo de Dublín, conocida como la sala del Sínodo. Se puede subir a la torre medieval de San Miguel y pagando un poco más se puede cruzar el arco neogótico hasta Christ Church Cathedral. Los puntos destacados de la catedral incluyen la cripta medieval, que se extiende debajo de toda la catedral, llama la atención su arquitectura y la talla en piedra del siglo XII. Esto nos costó 15 euros cada uno. Si bien no es gran cosa, creo que lo vale, relata muy bien la historia de Irlanda y Dublín en particular. Desde la torre hay unas lindas vistas de la ciudad y la cripta si bien no es nada del otro mundo es interesante recorrerla. Además pueden jugar un poco a ser vikingos.















Salidos de aquí nos dirigimos a la St Patrick’s Cathedral (Catedral de San Patricio). Esta zona es perfecta para tirarse a descansar en el verde pasto irlandés. De hecho muchos locales y viajeros estaban aquí haciendo su pic nic (nosotros picamos un wrap del super 3,99 euros) sobre todo porque el día estaba hermoso con un sol a pleno. La Catedral de San Patricio de Dublín se construyó junto a un pozo en el que según cuenta la leyenda San Patricio bautizaba a aquellos que se convertían del paganismo al cristianismo cerca del año 450. Originalmente la catedral era una simple iglesia de madera construida en el siglo V en honor a San Patricio. Fue en 1191 cuando la iglesia fue reconstruida en piedra por los normandos. La catedral actual se construyó en el año 1200 y se finalizó en el 1270. En 1759 se agregó una aguja a la torre. La catedral fue restaurada a partir de 1860 gracias a una generosa donación de Sir Benjamin Guinness tras sufrir incendios y profanaciones. Dentro se pueden ver grandes vidrieras y una pila bautismal de la época medieval perfectamente conservada. También se puede ver la estatua del entonces canónigo y escritor Jonathan Swift, autor de Los viajes de Gulliver y cuyos restos descansan en la catedral. Según la leyenda, San Patricio usó el trébol de tres hojas para explicar la Santísima Trinidad a los paganos irlandeses. De ahí proviene el color verde de la festividad.